martes, 29 de septiembre de 2009


Ella, parece que le sobre espacio para tocar el suelo, haces apenas cinco otoños, se ocultaba detrás de cualquier esquina, dos pupitres mas atrás, pequeña, indecisa, inadvertida, con miedo, sonreía tímida, discreta, y otra vez, inadvertida.
Ahora sonrie, con mas desparpajo, con menos preocupación por el que dirán, habla, sin miedo, susurra aveces, se enfada otras tantas, genio, maldito genio que la trae de cabeza, RUBIA, des enfrenada, astuta, sencilla, maravillosa, paciente, decidida.
Descubrió, que el mundo era tan solo de ella, que podía vivirlo, modelarlo, y coserlo a su antojo, cabo un agujero y recogió todo lo que allí había, un carro de paciencia, una cesta de sonrisas, cuatro velas, y quinientas moras.
Pidió un deseo por cada vela, y salio ganando.
Pequeña, mucho has crecido desde aquel otoño.

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