Nos hartamos de
vivir tantas veces, hay que decir que incluso el más pintado puede
caer en limpio, hay suelos desiertos para todos, pero si los
envuelves y te los metes en tu mochila con tus creencias tus sueños
y tus ganas de vivir, llegará el momento en que buscando acabes por
encontrar lo vivido que ha aterrizado en un rincón lleno de nada.
Es verdad lo que dicen, que de todo se sale y que todo se acaba, lo
bueno y lo malo, que toooodo, es efímero. Piénsalo. Cuanto te
llegaban a doler las anginas a los siete años y la tripa aquel día
devolviendo un yogur de macedonia en el jardín de tu mejor amiga,
como lloraste la primera vez que se rieron de ti por algo que ni
siquiera ahora recuerdas. La felicidad de la primera noche que
saliste con tus amigas, tu primer beso o las arcadas de tu primera
borrachera. Lo inmensamente llenos de vida que nos creemos pensando
que nada se va a ir al cuerno. Y la de cosas que se te fueron
cruzando, una y otra vez y creíste que serían para siempre tuyas.
Despues te vas dando cuenta de toooodas las putas etapas que vas
dejando atrás, y no solo porque los zapatos vayan aumentando de
talla y los sujetadores se te llenen a la vez que tu cabeza se va
haciendo un hueco en las conversaciones adultas. Digo que todo pasa
porque vas superando retos. Vamos a pensarlo bien, Querer a alguien
sin medidas de dolor y llorar durante horas, vale que si, que estabas
enamorada hasta las trancas y no cambiarías por nadaaaaaa todo lo
que viviste a su lado, enfados incluidos, todo ese enamoramiento con
sus conversaciones sus noches sus sonrisas tus lloros y todo eso.
Pero a que precio? nos dedicamos a pensar que nada va a volver a ser
lo que era y a veces hasta nos quedamos enterrados en recuerdos sin
darnos cuenta de que alguien maravilloso está esperando para
agarrarte y ofrecerte que entres en su vida de una vez. Y buf, ahí
la decisión ya es tuya, las secuelas, te arrebatarán la seguridad
en más de una ocasión y probablemente las primeras caricias y los
primeros parches, sean punzaditas en el corazón que desangren más
tarde acomodadas en tu cama.. después comprendes que vale, nada
igual, ni los besos se dan al mismo ritmo ni el corazón late con la
misma intensidad, pero no es un error de fábrica. Estamos preparados
para acostumbrarnos a determinadas manos, determinadas bocas,
determinadas sonrisas... y el dolor que se siente cuando te arrebatan
puede ser similar al de un disparo, una jeringuilla de MDMA directa
al corazón y tener la sensación de que si lo vieras otra vez y te
pincharan para quitarte sangre, no encontrarían ni una gota. Pero
todo pasa, crees que te vas a morir, y después el día menos pensado
se te pasa. Bifurcamos sentimientos, nos emborrachamos y gritamos que
queremos a alguien con toda el alma ¿y despues? bomitas un rato y te
levantas al día siguiente con una resaca increíble. Que todo parece
enoooorme y los problemas superimposibles que ni piensas que puedan
llegar a arreglarse, somos tremendistas en extremos, desconfiados
egoístas y pecamos de gilipollas retrasados y sunormales, pero en
realidad solo somos personas que caminan por senderos complicadísimos
(JA JA) o tan fáciles que no sabemos con qué tontería
engancharlos. Así que nada, a ser felices queridos, que cuando todo se termina, entonces si que estamos perdidos.