miércoles, 29 de diciembre de 2010

Y al final no somos nada más que eso, simplemente personas, con suerte o sin ella, con amor, o sin él, abrazados a la vida, o al dolor. Que yo sé lo que es sentirse la última de las últimas mierdas, que yo sé lo que es despertarme a su lado y conformarme con verlo, sé la cara de tonta que se me pone cuando me dice que me quiere, sé lo que es llorar por él y que sea la razón de levantarme muchas mañanas, sé lo que es mirar como él la mira a ella y no a mí, sé como es su sonrisa, y lo raspados que puede llegar a tener los codos, sus grietas de las manos y su chandal más viejo, sé lo que es que me guste hasta verlo despeinado, y pensar... " joder, es el hombre con el que ahora quiero pasar toda mi vida" y tambien sé como es que todo eso crezca el lunes con una sonrisa a las diéz y diéz y desaparezca pasado un día o dos horas, al darme cuenta en un momento sencillo, de que quizás la imaginación juegue malas pasadas de vez en cuando. Que cuanto más pretendes agarrar los piés al suelo, más despegan, más arriba suben, y menos apetecible se hace el suelo, y subes, y subes, y sigues subiendo, hasta que te metes las ostia del siglo, y después vuelves al cero, a pensar en lo cercanas que pueden estar las cosas de ti, y lo lejos que pueden llegar a estar al mismo tiempo, que la vida puede ser horrible, puede ser terriblemente detestable, y que sí, tiene cosas maravillosas.... pero están tan mal repartidas...
Que vivimos en una mierda de mundo material, abarrotado de gente hipócrita, ropa cara y cuerpos esbeltos, y al final.. las buenas personas no valen una mierda y los hijos de puta son la ostia, que los que se portan bien, tienden siempre a perder, y los que hacen las cosas mal, nosé como se las apañan pero lo consiguen todo, o casi todo.

viernes, 17 de diciembre de 2010


-Creo que soy invisible

-No lo eres