lunes, 31 de octubre de 2011

November (uno)

Todos amamos tan ciegamente alguna vez...






Pero despues, días, meses, y aveces años más tarde te dás cuenta que de amor no te mueres , que el amor no mata, el amor si es de verdad, se da en dosis muy grandes, y por lo general con quince años suele salir mal, porque necesitas cosas para darte cuenta de que creces, lloras, te sientes la última mierda, (mal)gastas dinero en discotecas, camisetas de lentejuelas, collares y tacones, sonrisas y besos en amores de una noche y novios de dos semanas. Intentas gustar a una sociedad que nisiquiera te gusta, los amigos te fallan y tu amiga de la infancia no está. Descubres épocas suspendes examenes abres regalos y no vas a fiestas, vives sin arrepentirte de lo echo pero arrepintiendote por no haberte dado cuenta a tiempo de que: la vida es complicada pero como dice una amiga mía "también es muy bella". La vida cambia y te arrastra, el amor se gasta. Un día te dás cuenta y piensas que, menos mal que no diste la vida por él porque nosé quien roscos te lo habría agradecido, porque, el chico delgaducho y blanquito que querías el año pasado es ahora un capitulo encerrado en un libro de historias. Y tu que creías que no ivas a querer a nadie así, y mírate ahora, puede que estés más colgada incluso. de él. EL. Droga barata, no vale mucho pero coloca demasiado y a la larga dá más problemas, como el alcohol destilado de cuatro euros, bebes una noche y te fascinas con lo poco que gastas y lo que te llega a (des)colocar, pero después te dejará de apetecer gastar en bebidas caras. No necesitas más. Y piensas que puedes beberlo siempre, todas las noches que sales, y a la mierda la resaca del día siguiente. Y "hasta que aguante el higado" (Y a mí ya me diagnosticaron cirrosis contigo). Si nos acostamos con lloros, nos levantamos mojados. Si pegamos patadas al aire, nos rebotan en la cara, si nos creemos malos siempre habrá alguien peor que nosotros, superar es difícil, superar amores, obstáculos, barreras, miradas o señales de tráfico. Pero siempre elegiremos camino, más o menos correcto que te enseñe, con sueños, a ser más feliz a hipotecar futuros, con dos hijos: niño y niña con nombres que sacas de libros de ilusiones, con coches grandes gris mate, con casas modernas blancas y colegios privados. Y estate tranquilo que. Todo será completamente distinto a lo que tengas en la cabeza.

martes, 25 de octubre de 2011













Vamos a pensar un principio. Lo sigo oyendo incluso tapándome los oidos. La historia sigue en blanco pero pronto será de otro color. Mi único objetivo: volar a tu lado, pero con una compañia barata. Ultimamente mis bolsillos tienen más agujeros que el queso de gruyer. Y mira que yo de quesos sé mucho, tanto como de sepsu, de películas de amor, o de la soledad. El caso es que por mucho que sepamos, que nos comamos más roscos que los de pasapalabra, o nos bañemos en un mar de dudas, los ratones más exquisitos siguen comiendo gruyer. Y ese queso debería estar prohibido. Como cuando dejas tu firma en la mesa de tu clase de filosofía cada día, la borran y tu la vuelves a escribir. Terminarán por quitarte la mesa, y lo siguiente será quitarte la firma, como cuando te roban el sitio, tu bolígrafo del estuche, tu nuevo móvil un sabado noche o mismo el corazón. Que se te queda esa cara de estúpido solo comparable a cuando te das cuenta de que los Reyes Magos son los padres, suspendes tu asignatura favorita o cuando te caga una gaviota por la calle.




Porque no todos tenemos un iphone, una casa en Cadaqués, un millón de euros en el banco, un diez en todas las asignaturas o el pelo rubio. Pero todos sabemos poner cara de estúpido.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Como cuando te metes en cama a diez mil metros por encima de las mantas a las siete de la mañana con una sonrisa que parece que de tan amplia, se escapa. Como joden los días grises que llueve y el cielo complementa con un tono oscuro, como tirarte en la alfombra en calcetines a rayas, como dice mi canción favorita..“ Para ser más franca nadie piensa en ti, como lo hago yo, aunque te dé lo mismo..” como los domingos imprevistos y los días buenos, como las mañanas de domingo blanco que entran por el estor, esa letra que parece estar en todos y cada uno de los sitios, huecos y lugares de este mundo, como bosques nublados, salir a correr o fumarte un cigarro en la ventana de tu cuarto, ponerte tus tenis favoritos con un jersey nuevo o hablar cinco minutos por teléfono con tu hermana. Comprar una botella de agua a medias y bebértela tu sola, como todos los sueños de “mirar las pirámides, escalar el pico más grande del mundo, hacer puenting, paracaidismo, hacerte budista, ser escritora, ir a Nueva York de adolescente, ver el tibet, oler Barcelona por enésima vez, viajar con una psicóloga o echar un polvo en una cama de agua” Decirle a tus hijos que su madre un día estuvo loca por su padre, que los divorcios solo están de moda, tener un trabajo de mierda, llegar cansada a casa y tener que planchar, sacar al perro y vaciar el lavavajillas. No ver a las personas que más quieres y vivir con ello, hablar con tus padres de futuro y saber que tendrán que pedir un préstamo para pagar tu universidad, pensar en los cambios, comprarte un sujetador nuevo, ver tu serie favorita, cambiarle el acento a tu apellido, cambiar la palabra follar por “frungir”,blasfemar, pedir perdón, besar a un chico con novia, cantar en la ducha, hablar de caballos, cambiar de opinión o beberte sin escurrir los sentimiento,s un martes-mierda.
Da igual cuanta mierda esté aquí, porque las cosas malas molestan pero se quedan clavadas entre los sueños, los sentimientos, los buenos momentos, las miradas constantes y las palabras precisas. Y no importa cuantos errores cometamos o lo buena que pudiste llegar a ser aquel día, asegurarme de si te sigo queriendo llamando al 123 todos los días, lo encuentro como todo lo demás, innecesario, y sobre todo, estúpido.

lunes, 17 de octubre de 2011

Sunday

No lo sé, hazme daño, haz que me dé cuenta de que no quieres ni una puta pestaña mía en tu vida, demuéstrame que te da igual todo lo que podemos llegar a vivir, antisonrieme, antibésame, y sobre todo, antiabrazame, hazme tanto daño como para no querer saber la ropa que llevas un martes a las diez, dejaré de buscar inquieta algo, prometo dejar de sonreírte, querer abrazarte y estar enamorada como una perra. Juro hacer un diccionario donde la palabra olvidarte no sea derivada de imposible, crear noches que no se sujeten pensándote, hablar cuando tenga que hablar y estar triste cuando las cosas se pongan tristes, única y exclusivamente. Eso. Nada. Que si quieres joder, al menos jode bien. Hazme ese favor. Es más fácil olvidar a un gilipollas.