domingo, 29 de enero de 2012

Tampoco me diste lo que no te pedí, pedía bastante aunque no lo supieras, fuiste un amor de mi vida, de ello no cabe duda alguna, pero seguramente no serás el último. Te recuerdo que te quise como seguramente no te llegue a querer nadie, por encima de mi orgullo y por encima de todo lo que había dado antes. Fuiste mi vida, la razón de levantarme a las siete y cuarto alisarme el pelo y pintarme los morros. Ese fue uno de los problemas. Míos. A ti no te reprocho a penas nada, fuiste, lo importante es eso, fuiste algo mío, o medio mío al menos durante un tiempo, ocupabas mi mente y ahora, no tengo en qué pensar, solo en intentar vencerme a mi misma cada medio minuto para no pensar en ti. Lo que más me duele es que no vas a venir a volverme loca la semana que viene, ni un beso más, ni sonrisas al salir de literatura, no preocuparme por si te gusta mi chaqueta nueva o si te diste cuenta de que tengo un lunar nuevo en la mejilla izquierda. Si tengo que seguir queriéndote de momento, lo haré, puede que siga pendiente de tí, sigo teniéndote en carne viva. Pero terminarás en el baúl de las cosas bonitas que nunca llegaron a ser mías, y las noches llorando en cama, serán sustituidas por sonrisas entre otras sábanas. Tú te irás y puede que yo siga pensando en ti, seguramente no volveré a sentir unos besos tan dulces en un corazón tan agrio y tan cerrado. Es probable que sea lo mejor, aunque aun no lo sepa. Te prometo, que intenté soldarte despacio y con buena letra, que le busque noventa piés al gato, que respiré por ti todas las moléculas de aire que pude, y acabé quedándome seca, con el corazón averiado, gris, vacío y bastante triste. Probablemente nadie te vuelva a querer así, quizás alguien te sepa querer mejor, más a tu manera, más sin ti... Puede que hoy pierda yo más que tu pero quizás mañana te des cuenta que fuiste tú el que perdió algo. No solo polvos en una cama de noventa, películas, los besos más lentos que había dado, las tardes o noches. Pero lo que fuimos, si llegamos a ser algo, se quedó allí aquel día con tu reloj y mis pendientes. Y yo que tenía pensado darte mucho más, y me quedo con ello, lo habría dado todo, aún lo daría ahora, pero no lo sabrás jamás. No lo sabremos ninguno de los dos, cuánto pude quererte, cuantos besos te cabían en esa boca, cuantas palabras no te dije, cuanto podían haber brillado estos ojos. Pero gracias, por haberte perdido conmigo.

jueves, 26 de enero de 2012


Queda demostrado, así con maiúsculas, para que se vexa ben: A SORTE EXISTE, a sorte está en cada unha de vos. Moitas cousas teñen un prezo, e o voso non está escrito. ¿Qué sodes capaces de facer? Calquera cousa, levantarme cando estou intentando facer os deberes para que baile reggaetón de fai dez anos, facer que aprenda a cociñar natillas, pizzas, macarrons, spaguetti... que pase vendo recetas un par de horas para facervos de cear, grabar douscentos mil videos cada tarde ou noite que se gardan ben en youtube, que circulan por privados e nos fan sorrir ben ben a gusto, que sodes agora, o meu día a día, e vos necesito, porque non só vos quero, tamén me caedes ben, e iso non é doado. Xa volo digo sempre que vos quero de verdade, cando estamos en ramallosa e está a soar raios de sol e Asmusita guíanos para que non nos perdamos, cuando me cantades ou me dedicádes cachiños de cancións que me sacan sorrisos, falar de sepsu sentadas no sofá de sara, na cama de asmusita, na miña alfombra… en calquer lugar, sempre e cando estemos xuntas, pegadiñas, dándonos picos, bailando moito moito en calquer lugar. Subindo polas escaleiras do instituto intentando descifrar en qué pensan os rapaces, que ven sendo, decidir que tenis poñerse polas mañas, que sara chegue e conte que tiña un sms moi bonitiño de Sergio pola mañá o despertar, que asmusita nos diga que grazas a deus non lle saiu ningún grano, e vero, nos conte que ten os pendentes máis chonis da historia do mundo dos chonis. E temos os martes na casa de asmu merendando, os sabados a noite e os domingos pola mañá coa claridade entrando polo salón ou unha habitación, estar no balcón, un tarro cheo de colillas, e moitas conversacións na cabeza. E eu sei que estades de paracaídas sempre, por se a caso, tódolos días, nos nosos recreos, para colgar filosofía e fumar no parque unha hora, para chorar no lavadero despois de clases, para dormir un mércores e ver titanic ou as colinas teñen ollos tódalas semanas.

¿Qué sodes? Sinceramente as miñas mellores amigas. Grazas regálanola, por bailar o meu carón.

miércoles, 11 de enero de 2012

“El bailar bajo la luna” a la melodía de dos torpes y un rato de frío, lo que fuiste, lo que ahora eres. No te reprocho nada, solo las cosas espesas, disipadas o llenas de borrones. Pero podría darte las gracias por tantas cosas, cosas en forma de sonrisas, miradas, palabras y besos que fuiste regalando y yo guardando en un saco enorme en el que cabías tu también, pero tantas veces son las que amar no llega, que no se hace tan extraño, es cosa de dos y tu juegas por libre desde siempre. Y tampoco te culpo por ello, hay personas que son así, y no me arrepiento de quererte hasta la médula, de pasar frío a tu lado o cometer errores enormes que quizás no cometería con ningún otro. Lo repetiría todo, y si tuviera que pagar tus besos, lo haría a precios tan altos, que ni las estrellas podrían rozarlos. Aprendí a quererte, a arrastrarme como una serpiente sin honra, a llorarte a deshora y a odiarte poquito, me sigo conformando con lo bueno. Y tu sin ser consciente del efecto que causas en mi y lo que no sé es si alguna vez me quisiste de verdad, te propusiste quererme, o tienes pensado quererme todavía, pero alguien dijo una vez, que por cada persona tenemos unas lágrimas, y en el amor desgastamos tantas… Para las amistades se dan algunas menos, aunque son quienes se deberían llevar la mayor parte, pero la vida es así de irónica, así de puta tantas veces. Un día llega un individuo que te lleva a las estrellas o te las enseña tirados en la arena de cualquier playa, te empeñas en pedir deseos al último cigarro de tu cajetilla, a una pestaña que cae en tu libro de filosofía, al palo que aparece cuando estás terminando las pipas o a una puta estrella fugaz. Y el tiempo se encarga de hacerte ver que la suerte y la felicidad se buscan, que normalmente no entran por la ventana, ni por la chimenea, que no las venden en el super con los condones y no las receta ningún médico ni ningún camello.

martes, 3 de enero de 2012


"Prometo pagarte tus besos a plazos"