Sé lo injusto que es, verme llorar cuatro días de siete que tiene una semana,
Sé lo injusto que es, quererte con toda la fuerza de una noria gigantesca o de cualquier motor de barco.
Se lo que es, que tu mirada me cale hasta puntos inimaginables.
Sé como me siento cuando me tocas o cuando dejas huellas en mi, la sonrisa que dibujas en mi cara y podrías dibujar en cualquier lugar del mundo, aunque me dijeran que en dos horas me voy a morir. Ojalá las malas noticias las dieran personas que significan lo que tu eres para mi, te aseguro que la vida, sería mucho más fácil. Y es probable, que me quieras por las noches y te despiertes sacándome a patadas, porque yo también sé, que nadie hace lo que tu haces, porque hasta ahora solo me sentí ocho o nueve veces así. Y estaba contigo. Por eso sé que puedo ser la última mierda, pero también sabes hacerme sentir la primera de tu cama. Eso es injusticia, en todo su esplendor. Y yo sé que no va a pasar, que no te vas a levantar un día y te vas a dar cuenta de que me quieres, porque esas cosas no pasan aquí, ni en personas como yo. Porque llevo demostrado lo indemostrable, y tu sigues estando cuando te viene en gana. Mi error no fue enamorarme de ti, si no llegar a quererte tanto, pasar de jugar a querer y de querer a enamorar, ir poquito a poco, cuando haces las cosas despacio, el resultado puede ser tan perfecto. Que deshacerlo puede llegar a ser, lo más complicado de este mundo. Y ojalá pudiera dejarme querer y no querer, quererte unos días contados al año. Pero yo corro siempre detrás de ti, cuando quieres, cuando no también, y tu terminas ganando todas las partidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario