martes, 20 de diciembre de 2011


Sé lo injusto que es, verme llorar cuatro días de siete que tiene una semana,
Sé lo injusto que es, quererte con toda la fuerza de una noria gigantesca o de cualquier motor de barco.
Se lo que es, que tu mirada me cale hasta puntos inimaginables.
Sé como me siento cuando me tocas o cuando dejas huellas en mi, la sonrisa que dibujas en mi cara y podrías dibujar en cualquier lugar del mundo, aunque me dijeran que en dos horas me voy a morir. Ojalá las malas noticias las dieran personas que significan lo que tu eres para mi, te aseguro que la vida, sería mucho más fácil. Y es probable, que me quieras por las noches y te despiertes sacándome a patadas, porque yo también sé, que nadie hace lo que tu haces, porque hasta ahora solo me sentí ocho o nueve veces así. Y estaba contigo. Por eso sé que puedo ser la última mierda, pero también sabes hacerme sentir la primera de tu cama. Eso es injusticia, en todo su esplendor. Y yo sé que no va a pasar, que no te vas a levantar un día y te vas a dar cuenta de que me quieres, porque esas cosas no pasan aquí, ni en personas como yo. Porque llevo demostrado lo indemostrable, y tu sigues estando cuando te viene en gana. Mi error no fue enamorarme de ti, si no llegar a quererte tanto, pasar de jugar a querer y de querer a enamorar, ir poquito a poco, cuando haces las cosas despacio, el resultado puede ser tan perfecto. Que deshacerlo puede llegar a ser, lo más complicado de este mundo. Y ojalá pudiera dejarme querer y no querer, quererte unos días contados al año. Pero yo corro siempre detrás de ti, cuando quieres, cuando no también, y tu terminas ganando todas las partidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario