jueves, 11 de agosto de 2011




Lo malo está en cuanto te enamoras rápido, o lento, o a tropezones, o raro, o distinto, en realidad todo tipo de amor da bastante asco, pero no conozco a nadie que no haya caído nunca, por ejemplo fulano y mengana, y tampoco eso basta, la cosa es que enamorarse no es difícil, es difícil enamorarte de quien te hace caso, pues siempre gusta precisamente lo costoso, complicado, los malos ratos, lo que hace daño. Y es que si nos ponemos justos, la sociedad también da un poquito de grima… y es que si tienes alguno de los siguientes síntomas, lo siento, estás enfermo, o peor aún estás enamorado de remate… dé miedo decir te quiero porque no puedes medir las zancadas que hay desde aquí hasta el elefante más cercano, y no siempre puedes sentarte a esperar a ver qué pasa, porque necesitas cinco minutos del día para gritarle al mundo que querer, no es tan sencillo, y que tú en concreto cuestas, que la solución más fácil está claro que no es olvidarte, y que a “ayuda” nunca le agradece nadie. El caso es que yo siempre pedí sábanas blancas, cuatro hijos y casa en Cadaqués, pero ahora mismo lo dejaba todo por tu sonrisa, y lo peor, lo peor es si estás perdido, cuando te pierdes con alguien, cuando quieres sin que te quieran igual, cuando es descompaginado, cuando te nace esa sonrisita de retrasada mental con constipado que no ahueca ni a tiros, las películas de amor deben de tener la culpa de la mitad de suicidios y depresiones mundiales, y espera que te espera y que me vas a decir a mi, y nadie te pide que sufras, pero lo haces, y que me vas a decir a mí, me vas a decir que es imposible, pero a veces pasa, es como el “dont have to”´de los modales de inglés, no tienes la obligación, pero pasa.

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